Entre las dos últimas ediciones de los congresos latinoamericanos de áreas protegidas mediaron 12 años, tiempo suficiente para observar y evaluar cambios sustanciales tanto en la forma, cuanto en los canales utilizados para comunicar la riqueza natural y cultural de los espacios territoriales destinados a la conservación.
La implementación de políticas públicas de conservación de la diversidad natural y cultural requiere de recursos técnicos entre los que se encuentra la comunicación multidimensional, enfoque enmarcado en la consigna “conversar para conservar” que se ha ido consolidando con el transcurso de los años.
Para graficar el proceso de comunicación se puede recurrir al concepto de insularización que describe a los ecosistemas aislados, y por lo tanto frágiles. Una forma de evitar ese aislamiento disruptivo es la implementación de corredores biológicos, que garantizan la conectividad entre los bloques separados y permiten la circulación de especies entre ellos.
Haciendo un paralelismo, podemos inferir que la comunicación actúa como lo hacen los corredores de conexión; vinculando los sistemas de conservación con el resto de los actores sociales y permitiendo que circulen y se compartan las diferentes realidades que componen la diversidad natural y cultural.
Desde la experiencia del Congreso de Bariloche en 2007*, hasta el III CAPLAC de Lima, en 2019**, tanto en la gestión particular de cada una de las áreas protegidas y conservadas, cuanto en el caso de las OMEC*** , las estrategias de comunicación sostenibles y flexibles han demostrado ser efectivas a la hora de difundir el trabajo técnico científico que llevan a cabo los equipos de agentes de conservación.
Durante los doce años transcurridos entre ambos encuentros, el proceso de comunicación evolucionó al ritmo de los adelantos tecnológicos que, por otra parte, terminaron condicionando los nuevos formatos y contenidos. De esa manera, y con los principios de la Educación Ambiental como base constructiva del relato, el mensaje sobre la importancia de las áreas protegidas fue ganando su propio lugar en los medios y plataformas de comunicación de la región.
Unas veces de la mano de la publicidad o la promoción turística, y otras tantas enmarcado en la agenda de desastres “naturales” que se impone con títulos alarmistas, el rol de los espacios territoriales dedicados a la conservación (las áreas protegidas) se fue incorporando a los sumarios y agendas de las redacciones multimedia para -finalmente- constituirse como un concepto asimilable para los millones de consumidores de noticias editadas.
Asimismo, la progresiva incorporación de técnicos especializados -en distintas ramas de la comunicación- a los equipos de gestión de los sistemas de áreas protegidas, tuvo su correlato positivo en una mayor presencia mediática de los temas relacionados con la conservación efectiva de ecosistemas. Este logro colectivo aún se encuentra en una etapa inicial que implica una nueva estrategia -conjunta y consensuada- para consolidar las incipientes alianzas con los editores y especialistas de cada sección dedicada al enfoque ecosocioambiental.
El resto de la senda se presume larga y empinada, pero ante la inevitable sensación de agobio es recomendable analizar el trecho recorrido y asimilar las experiencias vividas durante este camino entre Bariloche y Lima, con los Andes como testigos de las lecciones aprendidas en el plano inclinado del mundo mediático.
Los contextos políticos regionales y globales seguirán dinamizando las agendas de los medios y plataformas, en sintonía con los intereses de cada empresa periodística; mientras que desde nuestro colectivo de comunicadoras y comunicadores de la conservación de Latinoamérica y el Caribe iremos ajustando nuestras proyecciones, y -a la vez- logrando un mayor reconocimiento por el trabajo implementado.
Han pasado algunos años desde las trasmisiones radiales por onda corta y VHF para llegar a los receptores de los lugares más aislados, hasta las fabulosas plataformas digitales de las conectividades urbanas del presente, pasando por las corporaciones de multimedios que concentran la mayor parte del mercado; sin olvidar a los recordados mimeógrafos, que supieron imprimir artesanalmente las primeras cartillas de interpretación ambiental. Cada uno de esos recursos fueron y son valiosos a la hora de comunicar, en cada contexto histórico.
Como agentes de conservación, junto a otros colectivos que forman parte de esta gran familia que trabaja en las áreas protegidas, seguiremos insistiendo en la necesidad de generar acciones contundentes para comunicar creativamente esta pasión que nos une: conservar las diversidades de los territorios y sus culturas. Es una noble tarea, que hacemos con mucho placer.
Bajo esta misma perspectiva, que acopia la experiencia y conocimiento colectivo para proyectarlo hacia el futuro, el Comité de Seguimiento del III CAPLAC ha organizado para este 28 de enero de 2021 un evento virtual denominado Diálogo de Líderes que tiene como objetivo compartir la versión final de la Declaración de Lima, documento guía y hoja de ruta para unas áreas protegidas que abonen al bienestar y al desarrollo sostenible. Todas y todos están invitados.
Marcelo Cora****
@coramarcelo
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* II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y otras Áreas Protegidas, Bariloche – Argentina, octubre 2007.
** III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe – III CAPLAC, Lima – Perú, octubre 2019.
***Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Área.
****Marcelo Cora (53), periodista, coordinador de prensa en la Dirección de Comunicaciones y Relaciones Institucionales de la Administración de Parques Nacionales – Argentina. Fue coordinador de prensa en el Congreso de Parques de Bariloche 2007 y miembro voluntario del Comité de Comunicación del III CAPLAC.
